Los niños con Altas Capacidades Intelectuales (ACI) son aquellos que tienen niveles de inteligencia y aptitudes superiores a la media, y se colocan en un espectro que incluye el talento simple, talento complejo y la sobredotación intelectual. Muchos niños en la actualidad no son diagnosticados ACI en el sistema educativo, perdiéndose así la oportunidad de explorar y desarrollar completamente sus capacidades.
Las Altas Capacidades en niños muchas veces son difíciles de detectar porque, aunque comparten una alta velocidad de aprendizaje y curiosidad, no son homogéneas y pueden manifestarse con un alto rendimiento en el aula, pero también con un comportamiento disruptivo o con una tendencia a ocultar esas capacidades por miedo a no encajar, siendo también frecuente que estos niños presenten lo que se conoce como ‘doble excepcionalidad’. Esto quiere decir que, además de Altas Capacidades también pueden presentar TDAH, TEA, dislexia… Por todo ello, los especialistas señalan la importancia de la detección precoz y se recomienda realizar una evaluación de Altas Capacidades ya en Educación Infantil.
Nadie conoce a tus hijos/as mejor que tú, porque convivís en situaciones muy dispares en las que se pueden observar conductas, habilidades y capacidades que raramente se dan en el contexto escolar o social. Los padres son una fuente de información muy importante en la identificación de los niños/as con ACI, especialmente en edades tempranas. Por ello, si tienes sospechas de que tu hijo/a tenga una alta capacidad intelectual lo más aconsejable es saberlo, poder evaluarlo e identificarlo es el mejor modo de poder ayudar a tu hijo, ya que esta valoración permitirá ajustar su educación y los contextos en que se desarrolla para satisfacer sus necesidades.
Algunas de las ventajas que supone la evaluación de Altas Capacidades Intelectuales son:
1. La Identificación temprana es crucial para aportarles el apoyo adecuado y lograr un desarrollo integral para que puedan alcanzar su máximo potencial.
2. Adaptación educativa más efectiva. Con un informe detallado, el equipo docente puede implementar medidas de enriquecimiento, compactación curricular o aceleración.
3. Mejora del rendimiento escolar. La intervención adecuada ayuda a que su desempeño se iguale a su potencial intelectual, previniendo el fracaso escolar que afecta a muchos niños superdotados que no reciben apoyo.
4. Prevención de dificultades emocionales. Con una evaluación es más fácil evitar que estos niños experimenten frustración, ansiedad, aislamiento o desmotivación debido a la falta de retos o la incomprensión de sus necesidades. Incluso el saber que uno es «diferente», pero no «raro», puede ser un alivio para muchos niños evitando que se resienta su autoestima.
5. Fomento de la autorrealización. Al comprender y estimular sus habilidades y necesidades, se facilita que el niño alcance su bienestar socioemocional y personal.
6. Mayor comprensión del entorno. La familia y el colegio pueden comprender mejor ciertas conductas (hipersensibilidad, perfeccionismo, aburrimiento…) que antes se malinterpretaban.
7. El acceso a programas específicos. Algunos centros y comunidades autónomas cuentan con recursos específicos para niños con altas capacidades, a los que se puede acceder tras una evaluación.
Estamos convencidos de que los niños poseen un grandísimo potencial, el cual en la mayoría todavía está por descubrir, y que, por medio de una valoración integral, podemos ayudarle a conseguir un mayor desarrollo intelectual, social y emocional.