La maternidad es una experiencia profundamente transformadora. Sin embargo, la imagen idealizada que la sociedad proyecta muchas veces no refleja la realidad que viven muchas mujeres. Hablar de salud mental en la maternidad es romper un tabú y abrir espacio para experiencias más auténticas y libres de culpa.
La cara invisible de la maternidad:
Se suele asumir que la llegada de un hijo trae automáticamente felicidad plena. Pero en la práctica, la maternidad también implica:
- Cambios hormonales intensos.
- Alteraciones en el sueño y el descanso.
- Sobrecarga de responsabilidades.
- Reorganización de la identidad y de la vida social.
- Es normal sentir amor por el bebé y, a la vez, agotamiento o frustración. Estos sentimientos no se excluyen: forman parte de la complejidad emocional de esta etapa.
Mitos que afectan a la salud mental:
“Ser madre es instintivo” ? El vínculo y las habilidades parentales se aprenden y se construyen.
“Si no disfrutas cada momento, algo va mal” ? La exigencia de felicidad constante genera un sentimiento de culpa.
“La depresión posparto solo es tristeza” ? También puede incluir irritabilidad, ansiedad y apatía.
Riesgos para la salud mental materna:
Algunas mujeres desarrollan dificultades como:
Depresión posparto: afecta aproximadamente al 10-15 % de las madres, con síntomas que pueden comenzar en las primeras semanas o meses tras el parto. Al principio, puede confundirse la tristeza posparto con la depresión posparto, pero los síntomas de esta última son más intensos y duran más tiempo y pueden interferir con tu capacidad de cuidar a tu bebé y realizar otras tareas diarias.
Ansiedad perinatal: preocupación excesiva por la salud del bebé o por la propia capacidad de cuidado. Se experimenta durante el embarazo (ansiedad prenatal) o hasta un año después del parto (ansiedad posnatal).
Burnout materno: agotamiento emocional y físico derivado de la sobrecarga prolongada. Las madres suelen presentar altos niveles de ansiedad o estrés, provocando una crianza poco saludable.
Factores de protección:
- Apoyo social real y sin juicios: parejas, familiares y amistades implicadas.
- Reparto equilibrado de tareas: corresponsabilidad en la crianza y el hogar.
- Espacios de autocuidado: tiempo para actividades personales que recarguen energía.
El papel de la psicología:
La atención psicológica en la maternidad ayuda a:
- Validar las emociones sin culpas.
- Fortalecer la autoestima y la confianza en la crianza.
- Enseñar técnicas de regulación emocional.
- Ofrecer herramientas para la gestión del estrés y la comunicación en pareja.
- En algunos casos, la terapia de pareja también puede ser útil para mejorar la coordinación en la crianza y prevenir conflictos.
Romper el silencio
Cuanto más se hable de las realidades de la maternidad, más fácil será para las madres pedir ayuda sin miedo al juicio. La salud mental materna es un pilar del bienestar de toda la familia.
La maternidad no es un cuento de hadas ni una condena: es una experiencia única, con luces y sombras. Reconocer esa complejidad es el primer paso para construir un modelo de maternidad más humano, más libre y más saludable.